lunes, 19 de octubre de 2009

Adéu, Sitges


Ha pasado una semana y apenas he tenido tiempo para reflexionar. Sitges es ya un recuerdo lejano y, entre tanto, ¡han acontecido tantas cosas! Incluso la muerte de mi querido Andrés Montes con el que crecí viendo baloncesto en las madrugadas y al que echaré mucho de menos (aunque sus retransmisiones futbolísticas nunca me convencieran). La cosecha de cine fantástico en mi segundo fin de semana fue más que aceptable. Aunque me perdiera Moon, la ganadora, y tres de las películas que más llamaban mi atención: Enter the void, Vengeance y Symbol. Espero que haya otra ocasión. También para recuperar la griega y la francesa, premiadas por crítica y jurado joven. Pero vamos a lo que vimos.

Y seamos breves. Un par de confirmaciones de lo ya visto en Venecia: The Road no es para tanto (es incluso molesta en su corrección y sensiblería) y Accident es un thriller muy sofisticado y excelentemente rodado (aunque se eche en falta un poco de emoción y me sobre un giro final explicativo). En el terreno más cercano al cine de autor, La terre de la follie es un divertimento en forma de crónica negra y Morphia es distinta en su sarcasmo a la mayoría de las cintas situadas en los albores de un conflicto histórico (la revolución rusa). Amer es la película más estimulante del festival en su relectura lúdica y sensorial del giallo (tocará extenderse sobre ella). Por su parte, La casa sin fronteras es una de las propuestas españolas más tenebrosas que uno recuerda (el fantasma del Opus Dei planea en este clásico olvidado) y Los Ojos sin rostro (de Franju) es una obra bellísima que debería ocupar un espacio privilegiado en la historia del fantástico más elegante y despiadado.

Cargo y Loft son propuestas más bien aburridas y desaprovechadas (sobre todo la primera) mientras que Van Diemmen's Land es una más que aceptable versión de Viven! a la Malick. Por último, pude disfrutar de una doble maratón con (por fin) hemoglobina a tutiplén. Dead Snow es tan divertida como intrascendente. The loved ones da un paso más allá y es una de las cintas exploit más bien filmadas que recuerdo. Y no (sólo) da risa.

De casi todas ellas y de algunas más se habla en el especial de Miradas dedicado al festival. Mi pequeña aportación se limita a unos breves apuntes sobre
Van Diemmen's Land y The loved ones. No se pierdan el conjunto de textos. Seguro que sacarán un balance más claro del festival que el que yo tengo en la cabeza. Demasiado cine. Demasiadas cervezas. Demasiados pocos días en Sitges.

lunes, 5 de octubre de 2009

Apuntes desde Sitges

Fui feliz estos primeros tres días en Sitges. He vuelto al curro y me siento absolutamente fuera de lugar, incapaz de retomar el ritmo e incubando una posible gastrointeritis. ¿Serán las pizzas y los bocatas? Estoy seguro que la cura (si es que realmente me pongo enfermo) llegará cuando vuelva a finales de semana a la costa catalana y me vea un montón de pelis que me apetece disfrutar en compañía. La comida y la bebida ya serán otra historia. Por ahora, todo está siendo muy interesante. Y he gozado -con la primera acreditación para Transit mediante (!!!)- con la presencia de caras conocidas, amigos, camaradas y cineastas que nunca me fallan. No sé. Supongo que se puede ser feliz dentro y fuera de un cine. O en los dos sitios a la vez.

Será que estoy optimista, pero, a excepción de Crows 2 (que tiene sus momentos y sus buenas hostias, no vamos a negarlo), he disfrutado de casi todo lo que he visto. No entraré en análisis (eso ya llegará, o no), pero me gustaría deciros que, aun siendo (semi)fallida, la de mi querido Tsai (Visage) no es el desastre que se dijo (hay encuadres para enmarcar), la de Raya Martin (Independencia) tiene bastante tela (en el buen sentido) y, sin ser una obra total, es muy estimulante para los consumidores de cine-club (compañeros de butaca dixit), la de Marine de Van tiene su aquel (aunque al final se pierda en obviedades) y las dos de animación -Musashi y Summer Wars- merecen la pena por su variedad de registros y golpes ingeniosos. La primera peca de densa, la segunda de noña. Las dos sin embargo conforman un buen cocktail.

Y hasta aquí las novedades. Por ahora, estoy viendo más retrospectivas y poco o nada sé aún de la sección oficial. Espero que el maratón del último día colme mis ansias de vísceras y novedades. Porque Sitges es un festival de cine de terror y uno no puede irse sin una gran sesión nocturna entre fans. Por cierto ¡Corman es muy grande! Y Vincent Prince ni te digo...Recuperad El péndulo de la muerte cuando podáis. No envejece.