
No entraré aquí en elucubraciones mercantiles, pero sí me gustaría apuntar un aspecto en común (y que, en parte, explica su éxito) que detecto en las dos películas que nos ocupan. Y me refiero a la tensión que subyace en ambas. Según la primera acepción de la RAE, la tensión es "el estado de un cuerpo sometido a la acción de fuerzas opuestas que lo atraen". En nuestro caso, ese cuerpo bien podría ser el cine popular (o lo que el espectador espera de éste) que tanto en Up como en Enemigos Públicos parece encontrarse en una apasionante encrucijada en la que, mientras mira de reojo su tradicional polo de atracción: el clasicismo, observa las posibilidades de un territorio fresco e innovador que, en su originalidad, incluso resulta chocante para el público.
Bien es cierto que en la producción de Pixar las concesiones a la tradición son mayores (esos apuntes sentimentales respecto al pasado del chico, ese desarrollo más previsible -pese a agradables sorpresas- del segundo tramo de la historia), pero sólo por el arranque de la película -superior incluso al de Walle- uno ya se da cuenta de las posibilidades reales de una narración más sofisticada que, aun con sus reminiscencias a la etapa silente, logra fluir nueva ante nuestra maltrecha mirada cinéfila.

Tanto da que luego en el epílogo en el cuartel de policía se retorne al clasicismo y que en los carteles finales se recurra al historicismo (esa obsesión por explicar el devenir de los personajes reales) porque la jugada del cineasta y del personaje es maestra. Puede que, pese a todo, el hipotético espectador de a pie no salga tan satisfecho como en Up (no le han dado, precisamente, lo que esperaba de un thriller de época), pero sí ha logrado vislumbrar las posibilidades de un cine en constante tensión y que sutilmente se está transformado ante sus ojos.