lunes, 19 de enero de 2009

Un año; un balance individual

Con un ligero retraso, hemos publicado en Miradas de Cine un completo resumen de lo que ha dado de sí el 2008 cinematográfico. Más allá de las graciosas votaciones, lo interesante es echarle un vistazo al considerable número de artículos publicados en este especial. Hay tanto textos dedicados a filmes olvidados por la vorágine del año como artículos más generales y/o personales.

Además de votar, yo he participado con un balance personal en el que he intentado huir de los resúmenes convencionales. Espero que sea de vuestro interés y que no se me haya ido la olla del todo con el artículo. Aquí os dejo las primeras líneas para que os hagáis una idea:

Esbozos de un año cinéfilo

El tiempo

Milésimas. Segundos. Minutos. Horas. Días. Semanas. Meses. Años. Siempre me ha fascinado la matemática forma con la que los seres humanos ordenamos el caos e intentamos dar un sentido a algo tan imposible de calibrar como el tiempo. Pero lo hacemos. Al menos, en las sociedades occidentales que yo he llegado a conocer y en las que pienso mientras escribo unas líneas que aún no sé dónde me llevarán. No niego que el motivo original de este artículo es hacer balance de lo que ha dado de sí el 2008 cinematográfico, pero quedarme ahí sería tan vano como banal. Tan arbitrario como gratuito. ¿O es que alguien encuentra sentido hoy a ese vicio tan nuestro de clasificar, de ordenar, de canonizar algo tan intangible y subjetivo como el arte? Me diréis que ésa es, precisamente, la función que siempre han tenido los críticos; el rol de especialistas que definen el gusto, que ejercen de intermediarios entre la obra y el espectador. Pero no es así. Por mucho que se empeñe Jonathan Rosenbaum en su loable libro "Essential Movies". Y menos aún en unos tiempos en los que las nuevas tecnologías han facilitado el acceso a la cultura y los expertos de antaño han perdido su condición tradicional, viéndose obligados a reinventarse o a admitir, contra sus propios principios, que la suya ya no es la única verdad absoluta y que existen espectadores —en todas las disciplinas artísticas, pero sobre todo en una de tan joven como el cine— dispuestos a ofrecer recorridos alternativos y personales a unas enseñanzas que, de tan trilladas, de tan repetidas y asimiladas, han perdido ya su razón de ser y se han demostrado anquilosadas. El futuro es, por tanto, nuestro, de los cinéfilos. Somos deudores de las teorías del pasado, pero no creo que debamos ser esclavos de ellas. Múltiples experiencias y sensaciones han condicionado nuestros últimos 365 días de cine. Dejemos, sin miedo, que éstas hablen por nosotros y expresen las inquietudes e intuiciones que han ido creciendo progresivamente en nuestro interior. Sólo así seremos capaces de dar con un balance sincero y singular de otros doce meses que, casi sin avisar, ya han llegado a su fin. (...)

Saludos y no os perdáis por nada el resto de artículos,
Carles

4 comentarios:

M. Jordan dijo...

Lo que puede dar de sí un capuccino ;)

Menudo nivelazo el de los textos de este especial de Miradas. Me ha sorprendido muy gratamente, la verdad.

Un abrazo,

Mónica

Carles Matamoros dijo...

Ni que lo digas, Mónica. Un día intentaré escribir con drogas más duras...a lo mejor el texto se alarga más y más, jeje.

Y sí, el especial está muy bien. Al menos, lo que he podido leer. A ver si cuando tenga menos trabajo reviso todos los textos uno por uno. Pero parece -como suelee ser habitual- que hay mucho mimo en los artículos de fin de año.

Un abrazo,
Carles

LadyM dijo...

Joé Carles, felicidades por tu artículo, me ha gustado muxo muxísimo...

Un saludo, apañero

Carles Matamoros dijo...

Gracias LadyM,

Puse mucho cariño (y agallas) en escribirlo. Me alegro que interese a otros y no sóllo (me) sirva como expiación personal del año.

A ver si nos vemos...que esto del mundo virtual no es muy "humanista" que digamos, jeje.