sábado, 6 de junio de 2009

Lean forever...

Un par de meses atrás, se lanzó en España un pack con la mayor parte de los títulos de la etapa inglesa de David Lean, uno de lo cineastas más brillantes de la historia. En Cinearchivo se han publicado comentarios especiales de cada una de las películas. A mí me tocaron las tres siguientes:

Oliver Twist: "Aunque existen numerosas versiones fílmicas de la más famosa de las novelas decimonónicas de Charles Dickens, es probable que la más canónica de todas ellas sea Oliver twist (1947), la atmosférica película que nos ocupa. Rodada tras la deslumbrante Cadenas Rotas —que adapta Grandes Esperanzas, otro célebre libro del escritor británico—, esta pieza viene a demostrar que la esencia de lo literario no tiene porque perderse en la traslación al celuloide; que, gracias al lenguaje cinematográfico, es posible capturar a Dickens sin caer en los peligrosos terrenos de lo folletinesco, de lo moralista y de lo esquemático". (...)

La vida manda: "Mirar atrás. Recorrer el pasado reciente, seguir los pasos del ayer y preguntarse quiénes somos hoy y quiénes seremos mañana. De eso trata en parte La vida manda. Un filme río donde David Lean y Noël Coward ya no dirigen (y escriben) desde la urgencia patriota de Sangre, sudor y lágrimas sino desde la serenidad que da una cierta perspectiva, desde la sabiduría de quienes detectan las inmediatas transformaciones de su sociedad (la británica) y saben capturarlas sin caer ni en el cinismo ni en la ingenuidad; sólo reflejándolas a partir de los precisos mecanismos de la representación". (...)

Un espíritu burlón: "Es difícil dar sentido a la historia del cine sin pensar en la literatura, el teatro e incluso la pintura. Su condición de arte tardío ha afectado, para bien y para mal, a numerosas películas del siglo XX en las que el lenguaje cinematográfico (en sus distintos idiomas) se ha visto contaminado por la irrupción de términos formales más propios de otras disciplinas artísticas. Lejos de ser perjudiciales, estas intervenciones ajenas han ayudado a configurar un arte híbrido y mutante; tan absolutamente original como, a su vez, deudor de una tradición que se remonta varios siglos atrás. Todo ello sirve para explicar, en parte, un filme tan atípico y demodé como Un espíritu burlón, quizás la pieza más discreta (pero no, por ello, menos interesante) de la primera etapa de la filmografía de David Lean; íntimamente ligada al dramaturgo Noel Cöward". (...)


No hay comentarios: